ᵁᴺ ᶜᴬᴹᴵᴺᴼ
No existe nadie que jamás pudiera
elegir un camino.
Ciertamente,
la cosa es al revés: la vida entera
te elige y el camino, de repente,
delante de tus ojos cobra forma.
Aquí tienes, entonces, esta puerta
del instante, que siempre se transforma
con tu transformación.
La ves abierta
y es por ella que pasas.
¿Te parece
que eliges este instante?
Lo que sabes,
si emprende lucha con lo que aparece,
no puede cabalgar todas las claves
ni mirarse en la piel de esta corriente
que sigue, río abajo, hasta la fuente.