Andar por el mero placer de andar
"Andar por el mero placer de andar, libremente y con seguridad en sí mismo, sin apresurarse. Estamos presentes en cada paso que damos. Si deseamos hablar, pararemos de andar y concentraremos toda nuestra atención en la persona que tenemos enfrente, en el hecho de hablar y de escuchar. Parémonos, miremos a nuestro alrededor y fijémonos en lo bella que es la vida: en los árboles, en las nubes blancas y en la infinidad del cielo. Escuche a los pájaros y saboree la levedad de la brisa. Caminemos como seres libres y sintamos cómo nuestros pasos van siendo más ligeros conforme vamos andando. Apreciemos cada paso que demos."