Māyā: La Ilusión que Ciega la Realidad


En el pensamiento védico, una de las enseñanzas más profundas es la de Māyā, el velo de ilusión que distorsiona nuestra percepción de la realidad. Según explican los Vedas Māyā es aquello que nos hace ver lo temporal como eterno, lo material como esencial y lo ilusorio como verdadero. Es la fuerza que nos mantiene atrapados en la búsqueda constante de placeres efímeros y en la identificación con el cuerpo y la mente, olvidando nuestra verdadera naturaleza espiritual.

¿Qué es Māyā?

En sánscrito, Māyā significa "aquello que no es". Esto nos dice que lo que percibimos como la única realidad (nuestra identidad material, los deseos, las metas externas) no es la totalidad de la existencia. Māyā nos mantiene en el ciclo de nacimiento y muerte (samsara), generando deseos, apegos y sufrimientos que nacen de la ignorancia. Como explica Krishna en el Bhagavad-gītā (7.14):

Esta energía divina Mía, integrada por las tres modalidades de la naturaleza material, es difícil de superar. Pero aquellos que se han entregado a Mí, pueden atravesarla fácilmente.
Aquí, Krishna explica que Māyā, a través de las modalidades de la naturaleza material (los gunas: sattva, rajas y tamas), ejerce un fuerte control sobre nuestras vidas. Es difícil escapar de sus efectos, pero no imposible. Él señala que la devoción y el autoconocimiento pueden ayudarnos a trascender esta energía ilusoria.

Cómo nos Afecta Māyā

Cuando nos identificamos únicamente con el cuerpo, pensamos que somos los "hacedores" de nuestras acciones y creamos una fuerte identidad egoica. El Bhagavad-gītā nos advierte sobre este error de percepción en el capítulo 3, verso 27:

El alma espiritual que está confundida por la influencia del ego falso se cree la autora de actividades que en realidad son ejecutadas por las tres modalidades de la naturaleza material.

Este verso nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras acciones están condicionadas por las fuerzas de Māyā, generando en nosotros deseos e impulsos que nos llevan a actuar bajo la ilusión. La mente, influenciada por rajas (pasión) y tamas (ignorancia), nos arrastra hacia actividades y metas que, aunque puedan parecer importantes, en última instancia no satisfacen el alma.

Liberarse de Māyā
La liberación de Māyā se da al entender que no somos estos cuerpos materiales, sino almas eternas. Krishna recomienda en el Bhagavad-gītā el sendero del bhakti (devoción), el jñāna (conocimiento) y la meditación para ver más allá de la ilusión y conocer la verdadera realidad. En el capítulo 2, verso 13, Krishna nos recuerda la naturaleza temporal del cuerpo y la inmortalidad del alma:

Así como en este cuerpo el alma encarnada pasa continuamente de la niñez a la juventud y luego a la vejez, de la misma manera el alma pasa a otro cuerpo en el momento de la muerte. A la persona sensata no la confunde ese cambio.

Este verso ilumina nuestra verdadera identidad. Nos anima a desapegarnos de las circunstancias materiales y a trascender la ilusión de Māyā. Comprender que somos almas eternas, no limitadas por los cambios y dificultades del mundo material, nos permite vivir con claridad y paz interna.

Viviendo más Allá de Māyā

Reconocer la influencia de Māyā es el primer paso hacia la liberación. Krishna asegura en el Bhagavad-gītā (15.7) que, aunque estamos temporalmente atrapados en el mundo material, nuestra verdadera naturaleza es divina:

Las entidades vivientes de este mundo condicionado son Mis partes fragmentarias eternas. Debido a la vida condicionada, están luchando muy afanosamente con los seis sentidos, entre los que se incluye la mente.

Superar Māyā es despertar a la verdad de que nuestra esencia no pertenece a este mundo temporal, sino al eterno. Cuando comprendemos que somos almas inmortales atrapadas en una realidad transitoria, comienza el camino hacia moksha—la liberación. El Bhagavad-gītā nos enseña que, al trascender la ilusión de Māyā y alinear nuestra vida con el propósito espiritual, podemos liberarnos de la rueda del samsara y regresar al mundo espiritual, donde reside la paz verdadera. Este regreso es la meta última del alma, una vida de plenitud en unión con la Divinidad, libre de las cadenas de la ilusión material.

Es importante mencionar que fué esta enseñanza de Maya quien inspiró la película Matrix y su concepto sobre un mundo ilusorio...

 

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