Vivir conscientemente
La práctica tiene por objeto conectar con elementos maravillosos que llevan dentro —que nos renuevan y sanan. Sin consciencia plena en nuestra vida diaria tendemos a dar cabida a elementos dañinos para nuestro cuerpo y nuestra consciencia. El Buda dijo que nada puede sobrevivir sin alimento; nuestra tristeza y nuestra desesperación tampoco.
Si nos desesperamos es porque hemos alimentado nuestra desesperación. Si estamos deprimidos, el Buda recomienda que examinemos a fondo la naturaleza de nuestra depresión para determinar la fuente del alimento que empleamos para nutrirla. Una vez que la fuente de los nutrientes ha sido determinada, interrúmpanla y la depresión desaparecerá en una semana o dos.
Sin consciencia plena en nuestra vida diaria alimentamos nuestra ira y desesperación mirando o escuchando cosas muy tóxicas que nos rodean. Consumimos muchas toxinas cada día; lo que vemos en la televisión o leemos en revistas puede nutrir nuestra ira y desesperación. Pero si inhalamos y exhalamos conscientemente y nos damos cuenta de que no son las clases de cosas que queremos consumir, dejaremos de consumirlas. Vivir conscientemente significa cesar de ingerir estas clases de venenos. En vez de esto decidan mantenerse en contacto con lo que hay de maravilloso, renovador, y sanador en su entorno.