TRES PASOS EN LA MEDITACIÓN


El éxito en la meditación no sucede en un día; el camino a la perfección es largo y arduo. Cuando  nos sentamos a meditar con la resolución de enfocar nuestra mente en Dios, encontramos que incluso así, a veces la mente vaga en pensamientos e imaginaciones mundanas. Para manejar esto, es importante comprender tres pasos en el proceso de meditación:

1-Con el poder discriminativo del intelecto, decidimos que el mundo no es nuestra meta. Por lo tanto hemos de apartar la mente del mundo a la fuerza. Esto requiere esfuerzo.

2-De nuevo, con el poder del discernimiento, comprendemos que sólo Dios es nuestro, y que la realización de Dios es nuestra meta. Por lo tanto, llevamos a la mente a enfocarse en Dios. Esto también requiere esfuerzo.

3-La mente se aleja de Dios y se va hacia el mundo. Esto no requiere de esfuerzo; sucede automáticamente.

Cuando el tercer paso sucede por sí mismo, los sadhakas a veces se decepcionan y lamentan: “traté de enfocarme en Dios tanto, pero la mente volvió a lo mundano”. Sri Krishna nos aconseja que no nos sintamos decepcionados. Él dice que la mente es inquieta y va de un lado a otro, a pesar de nuestros mejores esfuerzos por controlarla. Sin embargo, cuando la mente se va, deberíamos repetir una y otra vez los pasos 1 y 2—alejar la mente del mundo y llevarla hacia Dios. Una vez más, experimentaremos que e paso 3 sucede por sí mismo. No deberíamos darnos por vencidos, sino repetir una vez más los pasos 1 y 2.

Debemos hacer esto repetidamente. Entonces, el afecto de la mente hacia Dios comenzará a crecer. Y simultáneamente, el desapego del mundo también crecerá. Cuando esto suceda, la meditación se volverá más y más fácil. Pero al principio, debemos estar preparados para la batalla de disciplinar la mente. 


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