No sólo calma sino atención plena
Cuando la gente te hable, habla despacio y con atención para que ellos también lo hagan. Requiere un mayor esfuerzo, así que inténtalo sin descanso. Guárdate lo más que puedas, especialmente cuando es difícil.
Cuando regresas a tu país, es como, 'mis amigos, mi habitación, mi ropa, mis lugares de reunión familiares, mis posesiones, mi familia'. Entonces te olvidas de todo.
Pero ahí es cuando debes comprender la naturaleza de la mente. Allá afuera, en el mundo real, tu concentración es inútil. La atención plena es lo que te mostrará cómo son las cosas.
Mantén la mente interesada en tu interior, no en el camino. Cuando sales, la mente comienza a divertirse: "¡Voy a liberarme ahora!". Te dice: "Está bien, ¡sólo un pequeño descanso muy necesario!". Y afuera. ¡va para todo el viaje!
Puede que te resulte “tener frío”. Simplemente continúa con tu viriya (esfuerzo), sigue intentándolo una y otra vez.
No estás meditando para calmar la mente sino para observarla. Para mirar y ver por qué la mente es así ahora y en qué era diferente antes. De modo que la sabiduría surja de esta observación. Llegas a saber lo que está sucediendo en el mente.
En la meditación sentada no te preocupes por si los objetos son muy claros o no. Observa cómo la mente sigue la conciencia. Por supuesto, es mejor si los objetos son claros, pero eso sucederá más adelante.