Atención
Cierto día un hombre común le dijo al Maestro Zen lkkyu:
-Maestro ¿podría escribirme algunas máximas sobre la más alta sabiduría?
lkkyu inmediatamente tomó su pincel y escribió la palabra “Atención”.
-¿Eso es todo?, preguntó el hombre.
-¿No podría agregar algo más?
lkkyu entonces escribió: “Atención, atención".
-Bueno!-comentó el hombre algo irritado-¡No veo mucha profundidad o sutileza en lo que ha escrito!
Entonces lkkyu escribió: “Atención, atención, atención”.
Enojado el hombre exigió: -¡En todo caso, ¿qué significa la palabra atención?”.
lkkyu contestó suavemente:
-Atención significa eso...atención.
Para el hombre ordinario cuya mente es un tablero de ajedrez de reflexiones cruzadas, opiniones, prejuicios, la atención desnuda es virtualmente imposible; por tanto, su vida está centrada no en la realidad misma, sino en la idea que tiene sobre ésta. Al concentrar totalmente la mente en cada objeto y acción, el zazen le desembaraza de pensamientos extremos y le permite acceder a una identificación total con la vida.
El zazen sentado y el zazen en movimiento son dos funciones igualmente dinámicas y que se refuerzan mutuamente. Aquel que a diario se sienta con devoción, con la mente libre de pensamientos discriminatorios, se relaciona más fácilmente y de todo corazón con sus labores diarias, y aquel que realiza cada acto con una atención total y con conciencia clara encontrara menos difícil vaciar su mente durante los períodos de meditación.
Los tres pilares del zen