Comprender las enseñanzas de Buda.

Habitualmente cuando escuchamos o leemos algo nuevo lo comparamos con nuestras ideas. Si es afín a nuestra manera de pensar lo aceptamos, sino, lo tachamos de incorrecto. Así no aprendemos nada.

Cuando escuchamos una charla sobre el Dharma o estudiamos un sutra debemos permanecer abiertos de corazón y mente, así la lluvia del Dharma penetrará en el suelo de nuestra consciencia. 
Un maestro no puede darte la verdad. La verdad ya está en tu interior.

Aprender es descubrir lo que ya sabes. Solo necesitas abrir el cuerpo, la mente y el corazón para que sus enseñanzas penetren hasta tus propias semillas de comprensión e iluminación, ellas harán el resto del trabajo.

Un sutra o una charla sobre el Dharma no son una percepción interior en sí mismas. Es una forma de presentar esa percepción por medio de palabras y conceptos. Si te quedas atrapado en las palabras y las ideas presentadas por Buda, te perderás la realidad. Dijo Buda: “Mis enseñanzas son como un dedo apuntando a la luna. No confundas el dedo con la luna.”

Las enseñanzas budistas están para despertar nuestro verdadero yo, y no para añadir más material a nuestro cúmulo de conocimientos. 

Un factor común entre los hombres de hoy es la curiosidad mal dirigida; quieren saberlo todo y estar bien informados pero nada más. Utilizan el conocimiento para acumularlo y no para crecer. 

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