Breve historia de los Vedas

“En el principio no había nada, nada existía.

Entonces no existía cielo ni atmósfera arriba.

¿Qué entonces ha creado todo este Universo?

 ¿En el receptáculo de qué está eso contenido?

Entonces no había muerte, no había inmortalidad. 

Entonces no había día ni noche.

No había luz ni oscuridad. 

Solo la existencia.

Un respiro calmado, sin aliento.

Surgió de Su propia naturaleza. 

No existe otro más allá, sino Él”.


Rig Veda.

El código primordial

Al querer recapitular la historia del Veda hay que tener en cuenta un aspecto que pocos historiadores se atreven a concebir. Los yoguis y adeptos lo saben; se trata de lo que la Tradición misma dice sobre su origen. Los Shastras o escrituras védicas autoritativas cuentan que este código es Apaurusheya. La palabra sánscrita Purusha, entre otras cosas, refiere a una persona, prácticamente a un prototipo de hombre original. Por eso el agregar la “a” al principio, hace que apaurusheya signifique “no humano” o “no personal”, lo cual indica que el Veda no tiene autor. Se trata entonces de una sabiduría dada por revelación divina.

El concepto de Shruti se traduce como “lo que fue oído”, y alude a una forma de conocimiento basada en una escucha sutil, sublime, en donde el practicante percibe la información desde una instancia más allá de su propia mente. Así, cuentan los Shastras que el Veda ha sido dado mediante el proceso de Shruti (revelación desde planos superiores) a conciencias iluminadas desde hace milenios, a los Rishis y a las Rishikas (sabios hombres y mujeres) en estado de conexión supraconciente, quienes se encargaron de plasmarlo en los manuscritos que hoy son el legado de la Tradición de los Himalayas.

En el Valle del Indo

Por miles de años el Veda se preservó mediante tradición oral, previo a la historia escrita, a través de la relación Maestro-discípulo o Guru-sisya. Por numerosas investigaciones, sabemos también que la primera referencia histórica aceptada es la idea de que el Veda fue la cosmovisión de la Civilización del Valle del Indo. En la zona noreste de Asia del Sur, concretamente en el área en donde hoy en día se encuentra la frontera entre India y Pakistán, existió la primera sociedad védica. Esta es una de las grandes civilizaciones del mundo antiguo, en donde se estima llegaron a convivir alrededor de 5 millones de personas. Allí se instauró la antigua Tradición Védica en fechas rastreables desde 5000 años atrás. No obstante, si se tiene en cuenta la comprensión astrológica de los ciclos planetarios o Yugas, así como las revelaciones de otros yoguis y Maestros, podemos inferir que este conocimiento debe tener allende 10,000 años de edad.

Aquella cultura antigua y su posterior devenir histórico se conoce en estudios de indología como Brahmanismo, aunque por supuesto su nombre tradicional es Sanatana Dharma, “la ley eterna” o “el sendero eterno”.  Su fundamento fue el Mantra y el Ritual (Puja y Yagya), estipulados por tratados como el Rig Veda y resguardados por los linajes dinásticos de familias brahmanas. Tradicionalmente se decía que sobre todo los rituales de Fuego Sagrado (Yagya) que realizaban los sacerdotes preservaban una suerte de Rita, la armonía cósmica de la naturaleza, los elementos y las fuerzas divinas.

Los 4 libros conocidos, Rig Veda, Sama Veda, Yajur Veda y Atharva Veda, fueron redactados por Rishi Veda Vyasa, quien tras largas épocas de tradición oral se aventuró a plasmar el Veda en manuscritos para su preservación. Estos textos, tras siglos de desarrollo, dieron pie al surgimiento de las Ciencias del Ser y del Estar, ofreciendo enseñanzas tanto de Autorrealización y Trascendencia, como de vivienda, salud y bienestar, ética y artes. Esto, entre otros aspectos horizontales que también lograron consagrar hacia su propósito ulterior de iluminación espiritual.

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